Los avances en I+D de los distintos sistemas y dispositivos esenciales para la generación de energía a través de fuentes renovables ha convertido a este sector en uno de los más punteros a nivel global en los últimos años.
Un claro ejemplo de este compromiso por la mejora de las infraestructuras y recursos utilizados en la obtención de energía limpia se puede observar en los esfuerzos que se están llevando a cabo para la obtención de placas solares de alto rendimiento.
Si bien las placas solares convencionales constituyen una interesantísima fuente de energía, por su carácter no contaminante e ilimitado, es preciso tener en cuenta que, a día de hoy, solamente tienen capacidad para transformar entre un 15 y un 20% de la radiación solar que reciben en electricidad.
Por eso, en un momento como el actual, en el que la energía solar fotovoltaica se está consolidando por fin como una alternativa viable y atractiva para la obtención de energía eléctrica de origen renovable a nivel doméstico, a través del autoconsumo, es más necesario que nunca reforzar la apuesta decidida por sistemas que obtengan un rendimiento energético más alto, con el fin de acelerar la amortización de la inversión realizada en su instalación.
De igual forma, las distintas investigaciones que se están desarrollando en este ámbito también tienen como objetivo favorecer el abastecimiento eléctrico en aquellas zonas y comunidades que se caracterizan por su limitación de acceso a las redes eléctricas, como es el caso de las zonas rurales aisladas.
Además, el incremento en el rendimiento de las placas solares implicaría un crecimiento espectacular de sus posibilidades de aprovechamiento, no solo en aquellas zonas que destacan por un gran número de horas de sol al año, sino también en territorios en los que la climatología no es tan favorable, donde es crucial aprovechar al máximo los días soleados para la generación y almacenamiento de energía.
En consecuencia, en más que previsible que, en un corto espacio de tiempo, se comiencen a introducir notables mejoras en la capacidad de rendimiento de las placas solares actuales, así como en todas aquellas tecnologías asociadas a su acumulación y transporte, dado el creciente interés, tanto a nivel público como privado, en la optimización de este modelo energético.