Es indudable que la cocina es una de las estancias de tu vivienda en la que se produce no solo un mayor consumo eléctrico, sino que además este es mucho más constante, ya que varios de tus electrodomésticos, como es el caso del frigorífico o el congelador, se mantienen conectados durante las 24 horas del día, los 365 (o 366) días del año.
En este sentido, sí que es cierto que existe una falsa creencia de que este consumo tiene un carácter, en cierto modo, irrenunciable, ya que la mayoría de estos electrodomésticos son esenciales para el desarrollo de nuestra vida diaria.
Aunque este segundo aspecto sea cierto, puedes poner en práctica un considerable número de medidas que pueden ayudarte a disminuir este consumo, ajustándolo de una forma más eficiente a tus necesidades reales de abastecimiento.
Por eso, una vez que hace unos días te ofrecimos algunos consejos útiles para incrementar tu eficiencia energética doméstica al usar el baño de tu vivienda, desde Eres Energía consideramos importante que conozcas igualmente qué puedes hacer para reducir el gasto eléctrico que se genera diariamente en tu cocina.
Evita la pérdida de frío en tu frigorífico y congelador
En primer lugar, debes tener presente que, en la medida en que evites mantener abierta la puerta de estos electrodomésticos más tiempo del necesario, estarás reduciendo su necesidad de consumir energía para mantener una temperatura constante.
Deja enfriar tu comida en el exterior antes de conservarla en estos electrodomésticos
Otra medida a tener en cuenta residirá en esperar a que los alimentos cocinados se atemperen, para así no alterar la temperatura interna de tu frigorífico o tu congelador.
Asimismo, si sacas un alimento del congelador, será conveniente que lo mantengas un tiempo en el frigorífico, para que se vaya descongelando gradualmente y, al mismo tiempo, aprovechar esa pérdida de frío como apoyo para mantener la temperatura del resto de alimentos.
Ajusta la temperatura de tu frigorífico y congelador en cada estación del año
Aunque estos electrodomésticos se mantienen en funcionamiento durante todo el año, su necesidad de consumo variará notablemente en función de las condiciones ambientales externas.
Así, será bueno que regules su temperatura de forma periódica, aumentándola en verano y reduciéndola en invierno.
Del mismo modo, es conveniente que tengas en cuenta, además, si tu nevera se encuentra habitualmente llena o no, y también si es necesario que funcione a pleno rendimiento en el caso de que tengas previsto estar fuera de casa durante unos días.
Utiliza el fogón o la placa de tu cocina más adecuada para cada recipiente
Esta medida es especialmente recomendable para no desaprovechar el calor que genera tu cocina, y concentrarlo lo más posible en la base de tu olla o sartén, acelerando así la preparación de los alimentos.
No olvides la importancia del ‘calor residual’ en tu cocina
En relación con el consejo anterior, cuando estés terminando de preparar tu receta, recuerda que puedes apagar tu cocina unos instantes antes, y aprovechar el calor generado para dar el último toque a tus platos.
Utiliza el lavavajillas y la lavadora a plena carga y en programas ‘eco’
Ten en cuenta que estos electrodomésticos, utilizados de una forma correcta, te permitirán ahorrar energía eléctrica y agua.
Para ello, deberás utilizarlos cuando su carga esté completa y en aquellos programas que generen un menor consumo, o que realicen su función con agua fría.
Compra electrodomésticos eficientes para renovar tu cocina
Más allá de los consejos anteriores, será conveniente que, una vez que necesites renovar alguno de tus electrodomésticos, te plantees la posibilidad de optar por aquellos modelos que cuentan con un etiquetado energético más eficiente, como son los que poseen un sello A+, A++ o, incluso, A+++.
Aunque el precio de estos sea algo más elevado, podrás amortizarlo sobradamente gracias al ahorro en tu consumo eléctrico mensual, favoreciendo así, al mismo tiempo, una actitud mucho más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.