¿Estás pensando en cambiar de casa próximamente? Aunque no suele ser un aspecto fundamental en la elección de tu nueva vivienda, deberías tener presente la importancia de los aspectos energéticos que te ofrecen las diferentes alternativas que tienes a tu alcance antes de tomar tu decisión, ya que estos pueden condicionar, en gran medida, tu bienestar y calidad de vida en el futuro.
Los recursos energéticos de tu nueva residencia, así como sus características y necesidades de consumo, además de influir en tu capacidad de eficiencia energética, también pueden suponer un mayor o menor coste económico en tus gastos domésticos mensuales.
En consecuencia, desde Eres Energía vamos a ofrecerte una selección de aquellos elementos a los que sería conveniente prestar atención si, a la hora de elegir tu nueva residencia, deseas optar por aquella vivienda que es más adecuada desde una perspectiva energética.
Ubicación y nivel de urbanización de las zonas exteriores
En primer lugar, será bueno que analices la localización de cada una de las viviendas entre las que estás en duda.
En este sentido, más allá de consultar la presencia de servicios y comercios, o su proximidad a tu puesto de trabajo o al colegio de tus hijos, por citar algunos ejemplos, también será útil que compruebes si los accesos y ventanas de tu vivienda están situados frente a zonas ajardinadas o, por el contrario, se encuentran sobre vías asfaltadas.
Esta comprobación te servirá para analizar uno de los aspectos exteriores que más puede influir en la probabilidad de un mayor nivel de calor ambiental, y que puede afectar considerablemente a las condiciones de vida en tu futura vivienda.
Orientación de la nueva vivienda
Otro elemento muy a tener en cuenta en este sentido residirá en hacia qué punto cardinal están orientadas las ventanas y muros del inmueble.
En este sentido, debes tener claro que, a diferencia de lo que se suele pensar, no existen verdades absolutas en relación a este aspecto, ya que la mejor orientación estará condicionada por las condiciones climáticas propias de la localidad en la que tienes previsto residir.
A modo de ejemplo, si la vivienda se encuentra en un municipio caracterizado por veranos calurosos, pueden ser preferibles aquellos inmuebles que estén orientados al norte, ya que evitarán una radiación solar excesiva y podrás ahorrar en sistemas de refrigeración.
Por el contrario, si dicha ubicación geográfica se caracteriza por unos inviernos bastante fríos, te recomendamos que priorices las viviendas orientadas al sur o al este, para aprovechar al máximo el sol invernal y reducir tus necesidades de gasto en iluminación y calefacción.
Potencial de iluminación y ventilación natural
La capacidad de ahorrar en energía eléctrica dependerá, además de los aspectos anteriores, del nivel de exposición al exterior que presente la vivienda.
Si se trata de una vivienda con la mayor parte de sus ventanas situadas en habitaciones exteriores, y que no cuenta con edificios de similar o mayor tamaño en las proximidades, tu consumo energético en iluminación será, lógicamente, menor a aquellas viviendas orientadas a patios interiores o con un número reducido de entradas de luz.
Aislamiento exterior e interior
Una vez en el interior de la vivienda, no solo deberás prestar atención a la disposición de las habitaciones, sino también a la calidad del aislamiento térmico utilizado en su construcción o reforma.
Así, comprueba el nivel de aislamiento de sus muros exteriores y paredes interiores, y la posible existencia de puentes térmicos, en los cajetines de las persianas o en puertas y ventanas, así como relacionados con la existencia de posibles grietas o humedades.
Sistemas de climatización instalados en tu nueva vivienda
Para finalizar, será conveniente que analices los aparatos de refrigeración y calefacción con los que ya cuenta la vivienda, y sobre todo evalúes su nivel de eficiencia energética, para poder hacerte una idea del gasto al que tendrás que hacer frente si decides utilizarlos ocasional o frecuentemente.