Ahora que acabamos de comenzar el mes de noviembre y todavía estamos bajo la influencia de la escalada que lleva sufriendo el precio de la luz desde el pasado mes de mayo, puede que sea un buen momento para reflexionar unos instantes y decidirte por cambiar aquellos hábitos que, de una forma inconsciente, afectan al ahorro y eficiencia energética de la oficina en la que trabajas diariamente.
Aunque en muchas ocasiones nos centramos en intensificar nuestros hábitos energéticos responsables esencialmente en el hogar, es preciso que tengas en cuenta que una gran parte de tu jornada, y más si consideras únicamente aquellas horas en las que estás despierto, te encontrarás en tu centro de trabajo.
En base a este razonamiento, aquí tienes algunos consejos útiles, y bastante sencillos, que pueden ayudarte a realizar un comportamiento más eficiente y sostenible en este sentido:
- Aprovecha la luz natural, siempre que sea posible, para el desarrollo de tu actividad profesional, ubicando tu puesto de trabajo cerca de una fuente de iluminación exterior.
- Del mismo modo, prioriza la ventilación y climatización de tu espacio de trabajo a través de la apertura y cierre de ventanas, cortinas y persianas, limitando la utilización de los sistemas de aire acondicionado y calefacción a aquellos momentos o periodos del año en los que las condiciones exteriores sean extremas.
- Si es necesario utilizar los sistemas de climatización, recuerda la utilidad de que cuenten con termostatos propios, así como de establecer una temperatura lo más eficiente posible en términos energéticos, en torno a 24 °C en verano y 21 °C en invierno.
- Asimismo, será conveniente que se revisen periódicamente el estado de los filtros de los sistemas de climatización, así como su mantenimiento, para garantizar su funcionamiento óptimo y reducir el riesgo de sobrecalentamiento.
- Promueve la instalación de sensores de movimiento, para la iluminación de estancias de paso o que se caracterizan por tener un uso esporádico, como pasillos, aseos, almacenes o archivos. No solo es un sistema mucho más seguro, para evitar accidentes laborales, sino que, además, contribuirá a reducir drásticamente el consumo de energía eléctrica.
- Configura los equipos informáticos y otros dispositivos electrónicos para que hibernen cuando pasan unos minutos sin ser utilizados. Para ello, consulta las opciones que ofrece cada uno de ellos en sus programas ‘eco’.
- Imprime únicamente aquella documentación que realmente necesites. Así, no solo ahorrarás energía eléctrica, sino que, además, estarás fomentando un comportamiento responsable en relación al consumo de recursos.
- Establece una política de ‘luces apagadas’ una vez finalizada la jornada laboral, concienciando a tus compañeros de la necesidad de evitar el funcionamiento de aquellos puntos de iluminación y, sobre todo, equipos que no se vayan a utilizar hasta el día siguiente.