Existen numerosos mitos y leyendas urbanas sobre los distintos elementos que se tienen en cuenta, de forma efectiva, a la hora de evaluar la calificación energética de una vivienda, muchas de las cuales no son ciertas y pueden inducir a error en este sentido.
De hecho, es bastante habitual asociar esta valoración de la eficiencia energética de un inmueble a aspectos como las características de la iluminación o al equipamiento de dispositivos eléctricos y electrónicos de que dispone, cuando, en realidad, estos son elementos ajenos a su estructura y, por tanto, no influyen para nada en la calificación obtenida.
Conscientes de la confusión generalizada que existe en este sentido, desde Eres Energía hemos decidido mostrarte un resumen de los aspectos que realmente condicionan esta evaluación de tu capacidad de eficiencia energética de tu vivienda.
Orientación de la vivienda
Este primer elemento es básico para realizar una aproximación de las necesidades energéticas asociadas al inmueble y, lo que quizás es más importante, su estacionalidad, ya que un piso orientado al sur, por ejemplo, requerirá de una mayor refrigeración en verano, pero, por el contrario, dispondrá de un mayor aprovechamiento de la luz y radiación solar durante el invierno.
Elementos externos que afectan a la generación de un patrón de sombras
Del mismo modo, si se detecta la existencia de elementos susceptibles de afectar a las condiciones lumínicas y climáticas del inmueble, como vegetación o edificios colindantes, deberá recogerse en la evaluación.
Fachada de la vivienda
Este aspecto posibilita a la persona acreditada que realiza la evaluación comenzar a analizar el estado de aislamiento exterior de la vivienda.
Del mismo modo, el estudio de la fachada también le será útil para identificar la antigüedad de la edificación y detectar la distribución y altura de los distintos inmuebles, si se encuentra dentro de un bloque de viviendas.
Tamaño y distribución de la vivienda
Al igual que se tiene en cuenta el estado de la fachada exterior de la vivienda, también será necesario analizar la superficie de esta asociada al inmueble.
Cerramientos de las ventanas y otros equipamientos que puede influir en la pérdida de temperatura
El estado de las ventanas y su capacidad de aislamiento es uno de los puntos clave en la certificación de la eficiencia energética de una vivienda, pero no es el único.
También hay que tener en cuenta la presencia de posibles ‘puentes térmicos’, como son la existencia de grietas en los muros, las deficiencias en los cajetines de las persianas o la falta de aislantes térmicos en las paredes interiores de la vivienda o en el suelo y techo.
Disponibilidad de sistemas de climatización y Agua Caliente Sanitaria
Por último, la calificación energética de una vivienda estará condicionada por la instalación y funcionalidad de sistemas de calefacción, agua caliente o aire acondicionado, debido a la influencia de estos sobre las posibilidades de contar con una temperatura constante en la vivienda.